El 'Puente de la concordia' se convirtió en el escenario perfecto para que Carmen Alcayde y Pelayo Díaz soltasen todos los reproches acumulados durante su convivencia en 'Supervivientes'. Carmen, visiblemente emocionada, quiso expresar que se había sentido traicionada por alguien en quien había depositado confianza. "Tenía muchas esperanzas puestas en ti, te conocía de fuera", afirmó. Según la colaboradora, Pelayo no la dejó "brillar" en el concurso, y eso la hizo sentirse desplazada e infravalorada dentro del grupo.

El diseñador, por su parte, la acusó de haber llegado al programa con una estrategia premeditada y de haberse "pegado a Montoya" desde el principio por conveniencia. "Viniste con una lección muy aprendida", le reprochó. Carmen negó rotundamente cualquier tipo de estrategia premeditada y defendió que fue precisamente Pelayo quien la apartó cuando encontró más afinidad con otros compañeros. "Me sentí desplazada y cuando llegó Montoya vi la luz, tiene mi energía", declaró.
Uno de los momentos más tensos llegó cuando ambos llegaron al escalón del "clasismo". Carmen no dudó en señalar que veía a Pelayo como una persona elitista, con poca disposición a mezclarse con los demás y a hablar de temas más cercanos. "Estás en un programa de convivencia, no todo tiene que ser tan pijo", argumentó. Pelayo, visiblemente molesto, respondió tajante: " Si tú criticas mi vida, la clasista eres tú ". A lo largo del recorrido, también hablaron de egoísmo, con Carmen recordando actitudes que, según ella, reflejaban una falta de generosidad por parte de su compañero. Sin embargo, no todo fueron reproches: también quiso destacar los momentos bonitos que compartieron en la playa.
El veredicto final: abrazo o ruptura
Tras poner sobre la mesa todas sus diferencias, Sandra Barneda intervino para recordarles que era el momento de decidir: o sellaban la paz con un abrazo o se daban la espalda y se alejaban simbólicamente por caminos distintos. Para sorpresa de muchos, tanto Carmen como Pelayo optaron por el gesto de la reconciliación. Se fundieron en un abrazo, aparentemente dispuestos a dejar atrás los rencores. "Veo en ti muchas cosas buenas", le dijo él. Carmen, por su parte, afirmó: "Me quiero ir en paz si es que me voy, y como enemigo te pongo un diez".

El 'Puente de la concordia' sirvió no solo como una prueba más dentro del reality, sino también como espejo de las emociones reales y sinceras que surgen en una experiencia de inmenso desgaste mental y físico. Aunque su relación ha estado llena de altibajos, Carmen y Pelayo demostraron que, incluso en un entorno tan competitivo como Supervivientes, puede haber lugar al perdón.