Gustavo Gonzalez y María Lapiedra, pillados en una clínica de reproducción asistida

Kiko Hernández ha sido el que ha soltado el bombazo durante el programa de 'Sálvame'. Muy enfadado, ha empezado por recordar lo que Gustavo González ha hecho durante el último mes, todos los desencuentros que ha tenido con sus compañeros y todas las críticas que su exnovia, María Lapiedra, había hecho sobre él y su familia.

Kiko Hernández en el programa de 'Sálvame' / Foto: Telecinco

Varias personas se han puesto en contacto con el colaborador para advertirle de que han podido ver a Gustavo Gonzalez y María Lapiedra " paseando juntitos por Sevilla ", en concreto, por el barrio de Triana. Una noticia que ha dejado al resto de los colaboradores con la boca abierta.

"¡Qué poca vergüenza!", comenzaba a decir el colaborador en un tono elevado después de anunciar que Gustavo Gonzalez habría puesto la excusa de tener un problema de salud para ausentarse de 'Sálvame'. Pero el programa ha llamado para preguntarle sobre el asunto y él se ha mostrado evasivo : "Donde esté yo y con quien esté no es problema de nadie, no te voy a confirmar nada, no voy a dar ninguna explicación de mi vida", y ha añadido: "María tenía una intervención por motivos de salud pendiente, no voy a añadir nada más". Respecto a lo que puedan pensar sus compañeros, el periodista se muestra indiferente: "Se sienten molestos conmigo por cada cosa que haga. Si se molestan, no es mi problema".

¿Bebé en camino?

Pero todo ha dado un vuelco cuando a unos pocos minutos de terminar el programa ha llegado la noticia de que la Gustavo Gonzalez y María Lapiedra han sido vistos entrando en una clínica de reproducción asistida. Así lo ha confirmado Carlota Corredera, provocando que María Patiño se tuviera que tumbar en la mesa.

María Lapiedra hablando sobre su relación con Gustavo Gonzalez / Foto: Telecinco

Por su parte, María Lapiedra, asegurando que no se encontraba muy bien de salud, afirma que Gustavo Gonzalez solo ha ido a acompañarla porque se preocupa por ella. También admite que están en Sevilla porque "es una amiga mía la que opera y prefería ir con ella que no en Barcelona, que no conozco a nadie". Ha negado rotundamente que haya una mínima posibilidad de reconciliación y que "ya tengo suficiente con mi vida".