Como ya hicieron en Arganda del Rey, los Reyes Felipe y Letizia se han desplazado hasta Orihuela y Los Alcázares para conocer de primera mano las consecuencias de las lluvias torrenciales que han asolado la zona y causa graves desperfectos.
Ambas localidades se volcaron con la visita de los Reyes, dejando muchas anécdotas para el recuerdo como un retrato pintado a carboncillo que una vecina le regaló a Don Felipe, que le agradeció el detalle con dos cariñosos besos mientras Doña Letizia miraba con gran curiosidad el presente.
La curiosidad de la Reina manchó sus zapatos
Y si el Rey se mostró cercano con los ciudadanos, su mujer también hizo lo propio. Doña Letizia sacó una vez más su lado más maternal, cogiendo a algunos bebés y haciéndose incluso fotos con ellos en brazos. Una visita en la que decidió acercarse hasta la orilla de la playa de Los Alcázares, que etaba totalmente cubierta de lodo y piedras.
Un pequeño recorrido tras el que, según han informado los medios locales, preguntó si ese color tan oscuro del agua era habitual o producto de las lluvias, dejando una graciosa instantánea en la que está observando cómo se habían ensuciado con el barro sus zapatos negros de Uterqüe.