Irene Urdangarin, hija de la Infanta Cristina, y Victoria de Marichalar, hija de la Infanta Elena, llegan al final del verano con la misma decisión: la de iniciar una etapa personal en solitario. Ambas jóvenes, muy unidas desde niñas pese a sus notables diferencias de carácter, han cerrado sus capítulos sentimentales recientes y proyectan ahora sus planos de futuro de manera independiente.
Irene, que el pasado mes de junio cumplió 20 años, centra ahora todas sus energías en su segundo curso de Gestión de Hostelería y Turismo en la Universidad de Oxford Brookes. Tras casi dos años de relación con Juan Urquijo, la sobrina del Rey Felipe VI ha optado por dar prioridad a sus estudios y su independencia, lejos de la atención mediática. Durante el verano dividió su tiempo entre viajes familiares a Grecia, Francia y Suiza.
Por su parte, Victoria Federica, que celebrará sus 25 años el próximo 9 de septiembre, concluye un romance de casi un año con Borja Moreno, joven empresario vinculado al sector de la restauración en Sotogrande. La pareja se tomó un tiempo en julio y desde entonces no se los ha vuelto a ver juntos. Victoria ha pasado gran parte de las vacaciones en Marbella y Tarifa, rodeada de amigos y con una agenda marcada por viajes, festivales y apariciones públicas
Dos personalidades opuestas
Aunque han compartido vacaciones en el pasado y mantienen una relación cercana como primas, sus estilos de vida marcan notables diferencias. Mientras Victoria prefiere la exposición mediática y se mueve con soltura entre cámaras y desfiles, Irene busca la discreción y rehúye el protagonismo público. Sin embargo, ambas coinciden en que este verano ha supuesto un punto de inflexión: la ruptura con sus parejas.
Con septiembre como punto de partida, Irene afronta el reto universitario en Inglaterra y Victoria se prepara para seguir impulsando su carrera en redes sociales y el mundo de la moda. Los entornos de ambas subrayan que las decisiones de poner fin a sus relaciones fueron meditadas y en buenos términos, dejando abierta la posibilidad de reencuentros en el futuro.