El poco original posado de la Familia Real Belga para celebrar los 5 años de reinado de Felipe de Bélgica

Felipe y Matilde de Bélgica, al igual que el resto de las monarquías europeas, se encuentran de vacaciones y para dar muestra de ello, el matrimonio y sus hijos han realizado el tradicional posado de verano a los que ya acostumbran los miembros de la realeza. Sin embargo, este año las fotografías escondían un motivo más especial.

Los Reyes de Bélgica conmemoran los cinco años de reinado de Felipe de Bélgica

Se trata de conmemorar los cinco años que Felipe de Bélgica cumplirá, el próximo 21 de julio, en el trono. "Este 21 de julio hace exactamente 5 años que el Rey Felipe hizo un juramento ante las cámaras juntos como el séptimo Rey de los belgas", informaba el comunicado que la Casa Real escribía a través de su perfil oficial de Twitter.

Las instantáneas se han tomado en el Castillo de Laeken, tanto en los jardines de la residencia como en el interior del Palacio. El primer escenario se ha reservado para el posado familiar, mientras que en el interior se ha tomado el retrato de los Reyes y el de Felipe de Bélgica junto a su hija, y sucesora, la Princesa Isabel.

El Rey Felipe de Bélgica y su hija, la Princesa Isabel celebran el quinto aniversario de reinado

Sin embargo, estas imágenes institucionales no han estado exentos de polémica ya que la fotografía familiar, en la que aparecen los Reyes junto a las Princesas Isabel y Leonor y los Príncipes Gabriel y Manuel, guardan bastante similitud con el retrato familiar que se hicieran Guillermo y Máxima de Holanda con sus hijas y que sacaron a la luz con motivo del quinto aniversario de reinado del Monarca de Países Bajos.

Cinco años en el trono

En 2013 Alberto II anunciaba su decisión de abdicar y que por lo tanto fuera su hijo, el por entonces Príncipe Felipe, el que le sustituyera al frente de la Corona. De esta manera, el 21 de julio se celebraba la misa Te Deum celebrada en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas, para posteriormente acudir al Palacio Real, donde Alberto II firmó el acta que hacía efectiva la abdicación.