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Quizás Delphine Boël pensó que nunca sería reconocida como hija natural del Rey Alberto de los Belgas. Se equivocaba. A lo mejor no esperaba que la Justicia le otorgara también los títulos y dignidades que le correspondían como hija de un Monarca Belga y el derecho a usar el apellido de la dinastía. Se equivocaba. Tampoco tenía claro que la Familia Real Belga le hiciera un hueco y deseara conocerla. Una vez más, y afortunadamente se equivocaba.
Una vez que ha quedado acreditado que Delphine Boël puede llamarse Su Alteza Real la Princesa Delphine de Bélgica y utilizar el apellido Sajonia-Coburgo-Gotha, el Rey Felipe no ha querido seguir dando la espalda a la cuarta hija de su padre y le ha abierto las puertas de su residencia.
El comienzo de una relación familiar
No había voluntad de que fuera un secreto, por lo que fue desvelado por la propia Casa Real Belga, que compartió una imagen del primer encuentro entre el Monarca y su hermana pequeña, que tuvo lugar el 9 de octubre de 2020. Seis días más tarde se ha dado a conocer que el Rey y su medio hermana han podido conocerse personalmente por fin.
Además, han emitido un comunicado firmado por ambos en el que se informa sobre el encuentro y su deseo de mantener una relación familiar que se desarrollará en el ámbito privado. A pesar de eso, a la Casa Real Belga le parecía importante dar un espaldarazo a la Princesa Delphine ahora que ha logrado precisamente eso, ser princesa.
"Mensaje conjunto de Su Majestad el Rey y Su Alteza Real la Princesa Delphine. Este viernes 9 de octubre nos encontramos por primera vez en el Castillo de Laeken. Nuestro encuentro fue cálido. Tuvimos la oportunidad de conocernos durante un largo y rico intercambio que nos permitió hablar sobre nuestras respectivas vidas y nuestros intereses comunes. Este vínculo se desarrollará ahora en un entorno familiar", señala el texto. Sin duda, ha sido una decisión acertada.


