La repentina muerte de Sol Hernández a los 95 años, madre de Lydia Lozano, ha dejado a la periodista completamente devastada. La noticia le llegó mientras se encontraba en Barcelona, cumpliendo con compromisos profesionales en el Día del Libro. La llamada que tanto temía irrumpió una cena con su amigo y compañero Gustavo González, y desde ese momento todo cambió. Lydia, rota de dolor, tomó la decisión de regresar de inmediato a Madrid para poder despedirse de su madre en el Tanatorio de La Paz, en Tres cantos, donde este miércoles se celebró la capilla ardiente. "Tenía la angustia de viajar o no por si pasa algo y al final ha pasado", declaraba entre lágrimas.
Nada más llegar a la capital, Lydia Lozano se encontró con el abrazo de sus dos grandes apoyos: su marido, Charly, y su hermana, Esther Lozano. Ambos han permanecido a su lado en todo momento, en especial Esther, con quien mantiene un vínculo muy estrecho desde que ambas pedieran a su hermano Jorge a causa del coronavirus. Este nuevo golpe ha reavivado viejos dolores familiares, haciendo que las dos hermanas se aferren la una a la otra como único refugio posible en estos momentos tan duros
A lo largo del día, compañeros y amigos del mundo de la televisión se han acercado al tanatorio para ofrecerle su apoyo. Belén Esteban y María Patiño llegaron por separado pero prácticamente al mismo tiempo, demostrando con su presencia el profundo cariño que sienten por Lydia. "Hay que estar para lo bueno y, sobre todo, para lo malo", decía Belén con el rostro serio. Patiño, aún más emocionada, recordaba los encuentros que mantenía con Sol en su barrio: "Era una mujer que sabía disfrutar de la vida", dijo. También acudieron Kiko Hernández, Carlota Corredera, Omar Suárez y el director Raúl Prieto, dispuestos a consolar a su compañera en un momento tan difícil.

Uno de los gestos más comentados del día fue el mensaje que Lydia recibió de Terelu Campos. "Estoy muy emocionada porque me ha escrito Terelu. No lo esperaba y con la caña que le he dado... merece que lo diga. Ha sido un mensaje muy largo y bonito ", confesó Lydia a las puertas del tanatorio. Sus palabras, cargadas de honestidad y sorpresa, revelan lo significativo que ha sido ese gesto para ella. La posibilidad de una reconciliación entre ambas colaboradoras ha cobrado fuerza a raíz de este acercamiento, que demuestra que el dolor también puede ser un camino hacia el perdón.
Un adiós en un día simbólico para Lydia
Lydia Lozano no pudo evitar destacar la coincidencia del fallecimiento de su madre con la víspera del Día de Sant Jordi, una fecha que ya tenía una carga emocional por la muerte de su hermano Jorge. "Mi hermano se llamaba Jorge y mi madre ha muerto casi en el día de San Jordi", afirmaba emocionada. Además, mencionó lo significativo que era para ella que el día de la despedida fuese soleado, como homenaje a su madre: "A mi madre le encantaba tomar el sol". Con estas palabras, Lydia Lozano rindió el último homenaje a la figura de su madre, rodeada de cariño.