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La historia de amor entre Pitingo y Verónica Fernández ha llegado a su fin tras más de treinta años de relación y 17 de matrimonio. Según Vanitatis, la separación se ha producido de forma amistosa, aunque llena de dolor. "No ha sido fácil para ninguno de los dos, pero por su hijo han decidido mantener una relación educada y serena ", aseguran. Aunque no se ha firmado aún el divorcio oficial, la decisión está tomada y ambos continúan sus caminos por separado, priorizando el bienestar de su hijo.
Pitingo y Verónica formalizaron su amor en septiembre de 2008 en una ceremonia civil celebrada en Madrid. El propio artista reconocía aquel día que "ya era hora" y, recordaba cómo había conocido a Verónica cuando ella tenía tan solo 16 años. "Tuve claro que era la mujer de mi vida. Le debía esa boda", declaraba. Verónica, además de ser su pareja, fue durante años su road manager personal, su mano derecha, su organizadora de giras y la persona que mejor conocía al artista y sus necesidades, tanto dentro como fuera del escenario.
Fruto de esa sólida unión, nació en 2012 Manuel, el único hijo del matrimonio. Desde pequeño ha mostrado una sensibilidad artística heredada claramente de su padre. En e entorno familiar es habitual verle cantar en reuniones y su carisma quedó visible en una de sus apariciones más recordadas, cuando sorprendió a Pitingo durante una emisión del programa MasterChef. Fuentes cercanas describen al niño como "amoroso, muy conectado con su entorno, y con grandes dotes si algún día decide seguir los pasos artísticos de su padre".
La historia entre ambos comenzó hace más de tres décadas en una atracción de coches de choque en una feria del barrio madrileño de la Alameda de Osuna. Por aquel entonces, Pitingo aún no era un artista reconocido y Verónica una adolescente. La relación se fue consolidando con el paso de los años, al mismo tiempo que el cantante ascendía en su carrera. " Es fundamental tener cerca a alguien que te diga la verdad, que no te aplauda todo", confesaba Pitingo en una entrevista.
La distancia, las giras y una nueva vida en el Caribe
En 2021, la familia decidió trasladar su residencia a Punta Cana. Verónica, según apuntan fuentes cercanas, nunca terminó de adaptarse del todo a la vida en República Dominicana. La distancia con sus seres queridos y las continuas giras del artista hicieron que pasara largas temporadas en soledad. A pesar de los esfuerzos por mantener la unión, las circunstancias terminaron marcando diferencias insalvables. Este pasado verano, el artista volvió a España para participar en festivales como Starlite y cumplir con su gira europea, mientras Verónica comenzó a tomar distancia emocional.

