Iker Casillas y Sara Carbonero disfrutan de su amor en la casa de Miami de Alejandro Sanz

Como era de esperar después de todo el revuelo que se ha formado en torno a ellos a raíz de la Eurocopa 2012, las vacaciones de Iker Casillas y Sara Carbonero están dando para mucho. Poca a poco vamos conociendo más detalles de su gira por América, unos días de descanso en los que el portero también tenía que cumplir con ciertos compromisos profesionales al tiempo que benéficos.

Y si hace algunos días os contábamos la parada que ha hecho la parejita en Caracas para que Iker Casillas ofreciera una conferencia y más tarde jugara un partidillo con un grupo de niños mientras Sara Carbonero lo observaba todo desde la grada, ahora conocemos más detalles de su estancia en Miami, la primera parada de su tour veraniego.

Iker Casillas y Sara Carbonero, amor en casa de Alejandro Sanz y Raquel Perera

La pareja llegó al aeropuerto de Miami y allí tenía un chófer esperándoles que les condujo directamente a la vivienda de Alejandro Sanz. Y es que el cantante, que está descansando en su finca extremeña junto a su familia, ha cedido su casa y todo su servicio a Iker Casillas y Sara Carbonero para que pudieran disfrutar de su amor en la más completa intimidad.

Así, lo único que podemos saber de sus días de intimidad en la casa del artista es que los tortolitos salieron a pasear en barco por los canales que rodean la casa de Alejandro Sanz y Raquel Perera. Un momento en el que fueron fotografiados por los paparazzi y las instantáneas publicadas este miércoles por las revista ¡Hola! y Lecturas.

Ésta no ha sido la primera vez que el portero del Real Madrid y la reportera de Telecinco por excelencia visitaban la casa del cantante. Ya durante su gira americana tras la victoria de la Selección Española en el Mundial de Sudáfrica 2010, la pareja compartió una agradable velada en esa misma vivienda junto a Alejandro Sanz, su ahora mujer Raquel Perera y la actriz Eva Longoria, encargada de publicar la instantánea en su cuenta personal de Facebook.