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A principios de julio de 2019 comenzaron los rumores que apuntaban a problemas en el matrimonio entre Alejandro Sanz y Raquel Perera. Se decía que la pareja llevaba varios meses viviendo por separado y, tras dejarse ver por separado en diversas ocasiones, llegó la confirmación de la separación en a mediados de ese mismo mes. Ahora ya tienen acuerdo de divorcio.
En el pequeño escrito publicado en sus redes sociales junto a una foto de familia con sus dos hijos, el exmatrimonio aseguraba que decidieron amarse "para siempre y así será", pero que la vida va cambiando y su amor se había transformado: ". Lo eterno tiene la complejidad y la ventaja de transformar las maneras de amarse en otras direcciones, sin destruir el cariño, la lealtad y la responsabilidad conjunta sobre nuestros hijos. El mundo cambia, nosotros también, siempre amorosamente. Gracias por respetarlo".
Alejandro Sanz y Raquel Perera en un vehículo en MadridTras ese pequeño y cordial comunicado, el artista continuó con sus compromisos profesionales al tiempo que hacía todo lo posible para pasar el máximo tiempo con sus hijos, que vive en Miami con su madre. Algo que, a raíz del acuerdo de divorcio al que han llegada, cambiará muy pronto puesto que se mudarán a Madrid.
Alejandro Sanz podrá ver con mucha flexibilidad a sus hijos
Según informa ¡Hola!, aunque las cosas en un primer momento se pusieron tensas y, de hecho, fue Alejandro Sanz el que presentó de forma unilateral la demanda de divorcio, la pareja ha conseguido llegar a un acuerdo. Un acuerdo dentro del que se estable que Raquel Perera y los dos hijos nacidos del matrimonio se mudarán a Madrid, donde comenzarán una nueva vida que permitirá al cantante mucha flexibilidad en cuanto al régimen de visitas.
Foto oficial de la boda de Alejandro Sanz y Raquel PereraAdemás, LOC ha publicado que la expareja también ha conseguido llegar a un acuerdo económico, otro de los puntos de enfrentamiento. Al parecer, han acordado que Alejandro Sanz les pasaría una pensión de 10.000 euros al mes durante tres años, rebajándose luego hasta los 6.000 euros puesto que para Raquel Perera la mudanza también le supondrá tener que buscar un nuevo futuro profesional, con lo que conlleva a nivel económico un nuevo comienzo.
